sábado, 14 de noviembre de 2009

Si vas para Chile

Hace muchos años, en Sudamérica, existía un país que hizo caso omiso a las preocupaciones externas y se dedicó a devorar su bonanza como mendigo ávido por un pan seco. Mientras tanto, más al sur, otro país hacía lo mismo pero desde otro punto de vista: devorar a su adversario sigilosamente. Fueron esos años en que este país del sur empezó a adquirir armamento sin despertar la atención mediática -en aquella época los medios de comunicación no eran tan avasalladores como en la actualidad-, y por eso el país despreocupado y "aristocrático" nunca supo qué estaba pasando fuera de sus fronteras.

Parecía como un cuento de hadas. Las divisas que el guano dejaba convirtieron al país despreocupado en una potencia mundial; pero que dejó muy en claro hacia dónde estaba apuntando el gobierno. Cuando el otro país supo la noticia del pacto bilateral entre sus vecinos del norte, fue el pretexto perfecto para entrar en acción y demostrar que no fue en vano esperar tantos años para saciar sus apetitos expansionistas. La historia ya la conocemos: la hemos visto en televisión, en figuritas de Navarrete, en los libros de Pons Musso, en otras publicaciones habidas y por haber. Claro, siempre sesgando la historia oficial por intereses ajenos que comentaremos en su oportunidad. El hecho es que jamás se hizo lo correcto por tomar políticas verdaderamente proteccionistas en salvaguardar la integridad territorial, sino buscar siempre la opulencia y el engaño de que estamos tan bien económicamente que nada puede suceder y nada puede desestabilizar al país. Error.

La noticia ha dado la vuelta al mundo. Un sub oficial FAP se dedicaba al espionaje; vendía información a Chile por unos míseros 3 mil dólares mensuales. ¿Desde cuándo actuaba a espaldas de su país? Hay que sacar la cuenta de cuánto ha generado su inversión antipatriótica, dándole una jubilación digna para sí mismo y su familia. En fin, se lo ha ganado, ya que nuestras fuerzas armadas no cuentan con el suficiente presupuesto para pagarle decentemente un sueldo que cumpla con sus exigencias, gracias a una política de recorte presupuestal y "austeridad", que dicho sea de paso, no se cumple dentro de las altas esferas del gobierno de turno. Estoy siendo un poco sarcástico, pues, eso no es una justificación para tan innoble acto de cobardía y de traición a tu propio país.

He leído varios comentarios de un diario local y creo que la gente está opinando sobre un hecho que ha sensibilizado su razonamiento, no como un simple alarde patriotero; es una expresión legítima de cómo un país viene a invertir y desplegar todo su "armamentismo" económico en las principales empresas que alguna vez fueron administradas por el Estado o por particulares (Wong fue la última gran hazaña del mercado), llevándose divisas, ganando a costillas de los más necesitados y promover el consumismo a ultranza. El 80% de las inversiones es chilena -espero estar exagerando-, y eso da un indicativo de lo malos que somos como administradores y empresarios. Claro, es mucho más fácil invertir en el extranjero, detrás de un escritorio, vender una empresa, reflotarla con capital foráneo y ganar tranquilamente una comisión sin el menor esfuerzo, mientras miles de peruanos se muerden las uñas por conseguir un sustento que les dé un sueldo digno y meritorio. La libre empresa es legal siempre y cuando beneficie a todos y no a un grupo, que es el que manda y domina al país desde que las grandes familias tomaron el control de las principales materias primas que produce nuestra tierra a vista y paciencia del gobierno de turno, pues, definitivamente, son ellos los que hacen posible que el mandatario sea elegido para, obviamente, mantener el status y el control supremo de su propiedad.

Sin embargo, esa confianza ha perdido sustento hoy en día, gracias a esta lamentable noticia. ¿Seguiremos confiando en un país que te muestra el rostro de la inversión mientras que oculta la otra cara en las sombras del expansionismo, ya no económico, sino político y militar? ¿Tan alto ha llegado la sed de poder, que se debe hacer todo lo posible por mermar un país de su identidad? Macchiavello debe estar bailando felíz en su tumba.

Dicho de este modo, más frío y contundente, ¿tenemos identidad? Juramos ser peruanos cada 28 de julio o cuando muere un músico criollo; juramos ser peruanos cuando las chicas del vóley logran un cupo para el siguiente campeonato; juramos ser peruanos cuando de chiripa la selección de fútbol mete un gol; juramos ser peruanos cuando nos vamos a vivir al extranjero y extrañamos el cebiche; juramos ser peruanos cuando un hecho como este retumba en nuestros corazones y maldecimos al gobierno y a sus secuaces a través de Internet. Pero, honestamente, ¿tenemos indentidad?

Desde la llegada de los españoles hasta los primeros esbozos de la república, siempre hemos mirado hacia afuera; siempre hemos visto con ojos envidiosos y codiciosos al vecino, quejándonos de nuestra suerte y clamar al cielo por un futuro mejor. Y cuando llega esa bonanza, como relaté al principio, todos, sin excepción, nos dormimos en nuestros laureles. Nos conformamos con lo poco ganado sin prever consecuencias positivas y expandir nuestra preocupación hacia los que más necesitan. Dilapidamos lo poco que se logra con acusaciones sistematizadas; nos atacamos cobardemente por pleitos de callejón; nos engañamos diciendo a viva voz que somos el mejor país de Sudamérica, estrechando la mano al resto del mundo y que la inversión está garantizada a pesar de la "crisis financiera global". Qué bonito suena. Hasta yo mismo me la he creído al escribirlo. Pero solo son palabras, son distorciones involuntarias creyendo nuevamente que el Perú es Lima y alrededores; ¿y qué pasa con el agricultor y ganadero de provincia? ¿Qué pasa con el ama de casa de barrio marginal? ¿Qué pasa con los niños que crecen convertidos en pandilleros? ¿Qué pasa con los jóvenes que prometen ser la esperanza del país y se les cierra las puertas por gente vil y arribista?

No hay peor enemigo del peruano que el propio peruano. Es una frase escuchada desde hace décadas. La identidad se ha perdido al existir esa fuerte compenetración con lo extranjero, gracias a los medios de comunicación y a la poca oferta que desdibuja a horrores nuestra industria: moda, discos, cine, arquitectura, cultura, tradición. Recuerdo que cuando surgió la fiebre de Travolta, todos vestían terno blanco y camisa negra; las chicas se vestían como Olivia Newton-John en "Grease". El break dance llegó a nuestras calles y no había una manchita de barrio que se negara a demostrar sus acrobacias rítmicas en cada esquina; la lambada hizo furor y el perreo igual. Hasta las fiestas de cumpleaños y matrimonios están amenizadas por ¡Mariachis! ¿Y qué hay de nuestra música criolla? ¿Qué hay de nuestra música vernacular? ¿No es compatible con estas celebraciones? ¿Por qué precisamente "mariachis"? ¿Porque nos acercan las raíces aborígenes? Es porque no somos peruanos. Vivimos en este país, pero no somos parte de él. ¿Y luego nos quejamos de inversionistas chilenos, de espias y gobernantes vende patria? Es muy paradógico.

Las últimas encuestas apuntaron que más del 60% de peruanos (o limeños, es lo mismo) celebra el Día de la Canción Criolla en comparación al Halloween, que se celebra el mismo día. ¿Y desde cuándo se impuso esta fiestita? No hay lugar o establecimiento que resalte más esta celebración que la primera. Claro, me van a decir que hay espacios especiales, como Barranco y algunas zonas del centro de Lima que se dedican exclusivamente a recordar al Zambo Cavero o a Chabuca Granda con fe y convicción; pero es un 10% comparado con toda la mercadotecnia empleada para fantasmitas y brujitas que piden dulces de puerta en puerta, celebrada por padres o madres de familia que se molestan cuando no se les hace caso a sus pobres criaturas. ¿Sabrán ellos de qué se trata? ¿Solo es pedir caramelos y ya? No niego haberme disfrazado en dos oportunidades para tales eventos; pero me di cuenta que no tenía objeto hacer el ridículo. En fin. No quiero sermonear. No tengo autoridad para hacerlo.

Volviendo a nuestro tema, y llegando al epílogo, es necesario mantener la calma frente a estos acontecimientos. Es probable que Chile se esté orinando de la risa por nuestras peleas caseras y siga ganando más dinero a espaldas nuestras; quizá esperando el momento para demostrar cuán poderosa son sus fuerzas armadas. Un país tan pequeño puede hacer lo que está haciendo todo por obra y gracia de su gente pensante y preparada; acaso, nosotros, que somos tres veces más grande que él, con los recursos que llenarían miles de arcas de Noé, no hemos siquiera llegado al punto de partida. He ahí la diferencia; mientras allá se invierte y se piensa en el futuro, acá hablamos de farándula y congresistas iletrados.

Para mayor información lean http://peru21.pe/noticia/368777/espia-peruano-vendio-plan-quinones

jueves, 5 de noviembre de 2009

¿Qué hacer con el poder? (Conclusión)

He esperado mucho tiempo para retomar este artículo; tal vez por salud mental o porque ya no había nada que decir después de lo anterior, así que me dediqué a escribir otras cosas. Pero creo que ya es el momento de ponerle punto final a este conglomerado de apátridas chupasangres que gobiernan nuestro alicaído país.

Luego de la sentencia a Fujimori -excesivo a mi parecer-, las cosas han cambiado en el panorama político. ¿Quién hará de contrapeso contra los apristas, que cada vez están ansiosos por repartirse el país como una palta en la hora del almuerzo? Dicen que Keiko, Humala, Lucho Castañeda (jajajaja) y otros más por ahí, que quieren figurar como posibles "outsider" al 2011 (¿alguien dijo Alejandro Toledo). Las últimas encuestas reflejan que las preferencias se las está llevando el jardinero de Lima, seguido por Keiko, el cholo sagrado y la abogada del diablo (Lourdes). Mientras tanto, ante tanta ola de corrupción con petroaudios, licitaciones arregladas, romances ex profeso (Gutiérrez-Lemasters) y posible nuevo hijo del presidente, lo que está en boca de todos ahora es la deuda de Universitario, Alianza Lima, los dimes y diretes de Paula Marijuán y Deysi Ontaneda, los hermanitos Bracamonte, la amante del teniente francés y las luciérnagas de la Atlántida.

A ver, dicen que el gobierno hace obra y somos mezquinos en no reconocerlo. Pero si contratan a gente del gobierno en puestos clave, uno se preocupa más por saber las razones de esa contratación porque pone en peligro la democracia y la estabilidad gubernamental. Okay, pueden ser idóneos en el puesto, pero tener a la mitad del partido en el Estado, no es equitativo. Ya lo dijo Mantilla en un chifa: "No se preocupen, en dos añitos empieza lo bueno". Y se está cumpliendo.

Lo gracioso de todo esto es que el señor García quiere a toda costa que seamos sede de los Juegos Paramericanos en el 2015, cuando realmente el deporte nacional deja mucho que desear en cuanto a competencias internacionales. Es fácil prometer cuando la realidad es otra, y nuestros jóvenes valores tienen que hacer de tripas corazón y entrenar en las condiciones más paupérrimas que se hayan visto. Ni siquiera Cuba, por más dictadura y abuso de poder, deja de lado el deporte, siendo el país con los primeros índices de deportistas clasificados en eventos de importancia. No vas a poner a un petiso de 1.56 cm contra uno que mide casi dos metros en salto de garrocha. Es injusto y risible. Perú no está en condiciones de ser anfitrión, porque no tiene competidores que se fajen con el resto. ¿Qué hubiera pasado si García postulaba a las Olimpíadas del 2016? Por suerte, Brasil tiene como hacerlo.

No hay nada mejor que echarle una miradita a los periódicos, los populacheros en su mayoría, para saber qué clase de información se le quiere vender al público medianamente alfabeto, que lo único que tiene es la esperanza de cobrar su mísero sueldo a fin de mes. Ni siquiera los diarios de mayor peso se quedan atrás, porque ya sabemos cómo se mueven los intereses políticos y financieros. Siempre ha sido así y no hay nada ni nadie que pueda cambiarlo. A no ser que Humala sea presidente, pero lamentablemente el tipo está ya desfasado y no tiene otros argumentos que descalificar al gobierno con bravuconadas. Puede que tenga razón, pero sus métodos son arcaicos e intolerantes, y solo consigue que la gente lo rechace más y más; claro, pero en el interior del país, especialmente el sur, es muy popular y ha generado seguidores que aún creen en que logrará alquilar la casa de Pizarro por cinco años. Ojalá no fuera así.

¿Qué hacemos con el poder? Cuando uno descubre corrupción de una u otra forma, se le condena, se hace un cargamontón mediático que indigna a cualquiera. Sin embargo, días después, pasamos a otra noticia tipo Abencia Meza, para olvidarnos de lo que pasó y asunto arreglado. Así es como se solucionan las cosas en nuestro país. Pero cuando Fujimori hizo lo que hizo... ¡Maldito! Los mismos que se beneficiaron en su gobierno, ahora lo condenan. Increíble. No quiero defenderlo, pero analicemos las cosas para darnos cuenta cómo se manejan los intereses y cómo es que volvemos a lo mismo después que el señor Belaunde regresó por la puerta grande en 1980. Parece que aún estamos en esos años, políticamente hablando. En lo económico, bueno, la cosa marcha pareja; pero aún sigue habiendo desbalance en las remuneraciones. Si hay tanta plata, ¿por qué hay tanto pobre? ¿Por qué hay tanta delincuencia? ¿Por qué hay tanto asesinato? ¿Por qué no podemos vivir como un país hermano, amistoso, como lo quiere vender PromPerú en el extranjero? En casa somos otros, mientras que para el extranjero, nos abrimos de piernas y dejamos que nos metan la yuca como quisieran.

Hay que tomar otra actitud. Hay que conocer bien a nuestros gobernantes. No seamos como ese ex alcalde que pasó a ser Ministro de Vivienda que ocultó sus negociados con una empresa de chuponeo al por mayor. Y juró ser inocente. Eso es lo peor. Hay que ser caradura para no darse cuenta el papelón que está haciendo, no solo a sí mismo ni al país, sino a su familia. Ni qué hablar de esa empresaria que se tiró el pulmón ella solita para salir a declarar que se lo robaron en plena exposición. Esa es otra historia, pero que sigue la misma tradición de "cortina de humo" y olvidarnos de los verdaderos problemas que joden a nuestro país.

Solo espero que llegue el 2012 y haya un cataclismo que haga desaparecer a la raza humana; porque no solo en nuestro país se cuecen habas. Hay que ver nomás qué pasa en otras latitudes, para no entender por qué Dios hizo un pacto de no agresión luego del Diluvio. Los mayas son la única esperanza que me queda.

viernes, 24 de julio de 2009

Escena en la cola del cine

INT. HALL DE CINE. NOCHE
La imagen se abre ante el cartel de una película pegada en la puerta de vidrio del local, espacioso y lleno de luces. Hacia la izquierda, una guapa chica, quien recibe los boletos, sonríe a cada persona que entra al cine. Hacia la derecha, subiendo una escalera que da al segundo nivel, una hilera de personas pegadas hacia la pared, esperando el ingreso a una de las salas. Algunos se ven impacientes, otros conversan y el resto disfruta comiendo previamente pop corn y bebiendo gaseosa. En segundo plano se escucha el murmullo de las conversaciones. En un apartado de la fila, cinco hombres, formando un círculo, conversan; se les ve un tanto lejanos comparados con los demás.

SAMUEL
Siempre quise poner en duda la condición del alma frente al impulso de los actos.

OSCAR
Explícate.

SAMUEL
Es probable que estemos hechos de solo materia, pero aún existe la posibilidad de que todos nosotros tengamos un poco de conciencia por descubrir qué hay más allá.

JAIME
Sigo sin entender.

MARCELO
No dramatices.

SAMUEL
Creo en el hombre, ¿saben? Pero también tengo dudas sobre la posibilidad de... bueno... ustedes comprenderán...

JAIME
Si fueras más explícito, quizá coincidiríamos contigo.

SAMUEL
¿Es que no lo ven? Vamos a morir en algún momento...

MARCELO
Es la naturaleza de la vida.

SAMUEL
Ya, pero, ¿y luego, qué?

OSCAR
"¿Y luego, qué?"

SAMUEL
¿A dónde vamos? ¿Tenemos alma? ¿Somos mortales después de todo? ¿Nada existe?

El quinto personaje, quien se mantenía al margen de la conversación, pero atento a lo que escucha, dice, mientras acaricia con la punta de los dedos sus grandes mostachos:

FEDERICO
Señores... La verdad solo existe en nuestra propia percepción de las cosas. Somos capaces de crear y condicionar nuestros peores temores a algo que no entendemos. Buscamos respuestas, buscamos salir de un embudo para entrar en una espiral.

MARCELO (Maravillado)
Oh. O sea, cuando nuestros pensamientos nos introducen a cosas vivenciales, a desenmascarar nuestros recuerdos tan vívidos, tan profundos, ¿es una manera de trascender de este mundo?

FEDERICO
Así es. Pero sin que pueda influir lo externo.

OSCAR
No hay nada mejor que salir y disfrutar de la vida. No voy a trascender sentado en la banca de un parque.

MARCELO
No te gusta tomar las cosas en serio.

OSCAR
Claro que las tomo en serio. Pero prefiero tomar un buen coñac al lado de una buena compañía.

SAMUEL
Tú y tus placeres. ¿No te gustaría que te recordaran como el hombre que eres?

JAIME
Yo tengo mis dudas sobre eso.

OSCAR (Divertido)
Oh, canalla. Te preocupas por detalles sin importancia. ¿Qué me dices de ti? ¿Acaso no consideras tomar clases de gramática y alguna vez utilizar el punto en una oración?

JAIME
Al menos, es mejor que andar buscando jovencitos.

OSCAR
Hipócrita.

FEDERICO
Laméntense, jóvenes del crepúsculo. Lo único que conseguirán es ahogar sus posibilidades de ser más que cualquiera aquí reunido. ¿Y qué es lo que hacen? Ver una peliculita de segunda, con actores de segunda, regodearse con la nada de la cotidianeidad, exaltando valores cuasi posmodernistas, y sufren por que se les tome en serio. A ustedes me refiero, claro está.

SAMUEL
Entonces, ¿hay vida más allá de la muerte?

FEDERICO
¿Hay vida en este miserable mundo?

OSCAR
No seas duro.

MARCELO
A ti te gustaría tener algo duro entre tus manos.

OSCAR
Los domingos, no.

JAIME
Oh, parece que la gente se mueve.

SAMUEL
¿Alguien tiene los boletos a la mano?

FEDERICO
No se preocupen. Están en mi bolsillo.

Una acomodadora, menuda, con gafas y sombrerito rojo, camina entre el público.

MUCHACHA
El ticket rosada en la mano, por favor.

La hilera de personas empieza a moverse. Los cinco hombres avanzan, pero Oscar queda rezagado del resto, pensativo, entre preocupado e inconforme consigo mismo.

FADE OUT


jueves, 23 de julio de 2009

La irremediable soledad del espantapájaros

Hace poco sentí el deseo imperioso de mostrar otro rostro ante mis amigos (los pocos que tengo, claro está). No sabría decir por qué lo hice, simplemente ocurrió aquella mañana en que estuve desayunando un huevo pasado y jugo de naranja recién exprimida. Alguien llama a la puerta y al salir a recibir a quien fuera que haya tocado el timbre, me desconsoló saber que no había nadie a quien poder preguntarle "¿Qué quiere?". Cerré la puerta y esperé un momento con la esperanza de volver a sentir el sonido característico del bendito aparatito sobre el dintel de la puerta. Pero nada.


Volví a mi acostumbrado desayuno y solución de crucigramas pasados de El Comercio, con el aburrimiento de un escarabajo que empuja sobre la maleza un trozo de desperdicio orgánico (caca). Llegada la hora del almuerzo (las horas pasaban tan rápido que descubrí que había cumplido tres años más de vida), preparé puré de papas con un poco de salsa roja encima. No era lo mejor que había preparado pero al menos no escuchaba a mi padre decir que estaba perdiendo dinero al no dedicarme a la gastronomía.


Cuatro de la tarde. Inmediatamente después de revisar la correspondencia en mi correo electrónico de gmail (100% spam, 0% correo personal), llaman a la puerta. De un brinco salto de la silla y voy a ver quien es. Vaya, dije al ver a la otra persona fuera. Un nudo en la garganta impidió devolverle el saludo y no hice otra cosa más torpe que dejarla entrar. Pasamos a la sala, nos sentamos en el sofá y recordamos la última vez que estuvimos en este mismo cuarto, hace ya seis años, cuando aún había amor entre nosotros (al menos, yo lo sentí; ella, no lo sé). Desde aquella vez traté de buscar respuestas a por qué me dejó, por qué de la noche a la mañana sus sentimientos hacia mí cambiaron y por qué prometió tantas cosas que luego las dejaría muy en el fondo del baúl inexistente de su conciencia.

Quise que me respondiera ahora. "¿A qué has venido?", pregunté, entre miedoso y emocionado. No contestó. Se puso a llorar inconsolablemente, me abrazó, escondió su rostro en mi regazo y no pude evitar una erección que puso en alerta a la visitante. Como de una pesadilla kafkiana hubiese estado hecha esta escena, me bajó los pantalones y me aplicó un felatio que luego agradecí de que no me mordiera (tenía la costumbre de emocionarte tanto que me mordía sin misericordia). Le alcé la falta, acaricié su clítoris y con un dedo jugué con su ano que luego se perdió en él sin quejas. Nos desvestimos de inmediato e hicimos el amor por primera vez sin apuros ni culpabilidades.


Fue asombroso. Estuvimos echados en el sofá sin pronunciar ni una palabra cursi o un comentario de esos para romper el hielo. Ya lo habíamos hecho. ¡¡¡Y de qué manera!!! Por supuesto que no bastó una revolcada para olvidar lo que me había hecho. E imaginé que se sentiría desgraciada de andar buscando hombres que pudieran satisfacer su demanda sexual, que una vez empezado conmigo, terminaría con toda la facultad de medicina de San Marcos en el Paraninfo. Nos vestimos, cogió las pocas cosas que llevaba y se marchó. Dos años después, la intriga me corroe. No estoy seguro de lo que sucedió realmente con nosotros. Y nunca lo sabré.