sábado, 25 de diciembre de 2010

Predicciones 2011

Hace unos días recibí el correo de un amigo preguntándome si tenía alguna idea de lo que pasará en el 2011. Era una buena pregunta, pero yo no era la persona indicada para responderla; así que visité a otro amigo que sabía de estas cosas y le planteé el problema. Su mirada escéptica fue la clave para comprender que tampoco tenía la solución. Sin embargo, pese a que había interrumpido su conversación con Nefertiti -sí, la misma de Egipto- en uno de sus vahídos astrales, me enseñó un mapa astrológico y explicó en pocas palabras lo que podría hacer mientras tanto.

Caramba, resoplé. Jamás he leído un mapa astrológico, mucho menos la biografía de Mao Tse Tung, pero algo tenía que hacer para complacer a mi otro amigo sobre sus posibilidades financieras y románticas para el año que se venía encima. Entonces, pude hallar interesantes pasajes para entender el significado de la palabra phenoplastinium, lo malo es que no sé cómo explicarlo. En fin, en exclusiva, algunos tips y vaticinios para el 2011.

  1. El sol en oposición a Sagitario, moverá el círculo polar y lo erigirá como una tormenta de vientos concatenantes. No es otra cosa que el fenómeno de El Niño vendrá con fuerza este verano.
  2. La proporción del estómago no será mayor a la de la saliva. Habrá hambre.
  3. Para los amigos de Acuario, buen provecho con las vacaciones forzadas.
  4. Entre abril y mayo, no es bueno publicar nada en el Facebook ni en otras páginas especializadas. Invasión de troyanos a favor de Wikileaks.
  5. Cuarenta días y cuarenta noches -empezando el 31 de agosto de 2011- no podrás bañarte con agua caliente por la falta de suministros en la distribución de gas natural. A usar la cocina de kerosene para calentar tu balde.
  6. No intervenir en las elecciones presidenciales. Que la ONPE sufra.
Bueno, esto es lo que mi muy limitada mente psíquica pudo encontrar mientras mi amigo el psíquico sufría espasmos musculares al recibir una sobredosis de ectoplasma. No pude despedirme de él y sentí un poco de culpabilidad al respecto. Al día siguiente supe que ya estaba mejor y le envié una caja de bombones de La Ibérica. Más adelante, escribí un correo dándole al amigo de la pregunta del millón de dólares, la respuesta. Dos días después, me lo reenvía preguntándome: "¿Y en el amor? ¿Qué pasa con el amor? ¿Has visto algo?". Menuda idiotez. Lo único que pude atinar en escribirle fue: "Estamos jodidos". Vaya manera de empezar el año nuevo.

Pese a todos estos pronósticos algo desalentadores, creo que este 2011 debe ser "el año", como bien lo dijo mi multifacética amiga Andrea Díaz. En todo sentido, sin malversaciones de fondos ni presidentes metidos en escándalos de corrupción. Lo importante es que uno mismo sea el capitán que manejará la nave de su propio destino, con intuición, cuidado, mucha preparación emocional y saber elegir en qué puerto encallar para dejar en claro que ahí se forjará una nueva vida.

Ya hemos visto a lo largo de este año 2010 las cosas que han sucedido y que han podido ser por falta de decisión o contratiempos. En lo personal, dije, y lo reafirmo, en que este fue el Año que hacemos contacto, parafraseando el título de una película. Pues, no me ha ido tan mal. He conocido mucha gente interesante, que puedo ahora considerarla mi amiga; he tenido trabajo y he viajado. A pocos días de terminar este año y dar inicio al que viene, he cumplido mis metas inmediatas. Este 2011 será mucho mejor, avanzaré y consecharé infinidad de cosas que alimenten mi vida. Para los demás, para quienes aún tienen esperanzas de que el mundo va a cambiar y ser un hogar seguro para las futuras generaciones, deben tener fe en que esa realidad se hará posible desde hoy, siempre y cuando trabajemos en ello y podamos ver los logros al lado de nuestros nietos.

Feliz Año Nuevo.

jueves, 23 de diciembre de 2010

El aburrimiento

Una de las cosas que más detesto, aparte de mi ex mujer y algunos ex compañeros de trabajo, es el aburrimiento. Es una de las sensaciones más insoportables con las que uno puede vivir mientras viaja por el Metropolitano. El aburrimiento carece de toda estética, te consume, invade tu organismo y te convierte en un zombie por el resto del día. Y si tienes que trabajar, mucho peor. Al menos que seas uno de esos masoquistas que se aferran frente a la computadora al mismo estilo de Mark Zuckerberg (el de la película, por supuesto).

Muchos médicos opinan que se trata de un estadio entre la depresión y el agotamiento físico. Tal vez sea producto de las constantes horas de preocupación por llevar algo de comer a la casa o simplemente el desánimo por volver a casa. Algunos cuestionan la importancia del aburrimiento como materia prima para comprender que no todo anda mal en el mundo, si se quiere diversificar el término como una lección de vida para los incautos que sueñan despiertos mientras ven su vida pasar. ¿Estrategias para no ser víctima de este síndrome? Vivir, simplemente.

Olvidar los problemas, animarse con lo poco que se tiene es un estímulo necesario para atacar este vicio. Hacer cosas diferentes, reinventarse, modelar figuras virtuales y llevar a la práctica toda idea que nos parezca genial. Un tipo llegó a mi consultorio y quiso saber cuál era el secreto de mi éxito contra el insomnio. Le respondí que cada fin de semana saltaba puenting o volaba en parapente. No me creyó, claro está. Lo invité a acompañarme aquella semana y se maravilló de las cosas que puede uno hacer un domingo por la mañana.

Sí, el aburrimiento puede ser una toxina porque no sabemos cómo manejar nuestros impulsos. Seamos sinceros, a veces queremos hundirnos en nuestro marasmo y lamentarnos de la comida fría o de los parientes indeseables que llaman a la puerta en el momento menos oportuno. Pero, si le pones sal a la vida, si damos todo lo que nuestras energías pueden producir para desplazarnos de un lugar a otro, fácil que amaneceremos con mejor semblante y queriendo hacer miles de cosas nuevas.

A mis alumnos les inculco responsabilidad en sus actos. Utilizar y sacar provecho del tiempo para cosas importantes, estimulantes, permisibles, que demuestre cariño por sí mismo y entrega total por el bien común. Lo malo que muchos de ellos no escucha y se dedican a los juegos simples de la edad adolescente. Lo importante, a fin de cuentas, es que de ese grupo uno o dos me escucha. Eso es suficiente para mí. El otro día estuve en Cusco y la pasé bomba. Empleé todo el tiempo para disfrutar del paisaje y de su gente. Hice muchas amistades y no me aburrí en lo absoluto. Eso es vivir con la toalla en la nuca, sin preocupaciones, sin sentir que el peso de la vida molesta te invada. Oxigena tus impulsos funerarios, demuestra que eres capaz de eliminarlos y logra conseguir un buen semblante para ti y tus semejantes.

Una última aclaración. Si queremos hacer algo bueno, hay que buscarlo en uno mismo.