viernes, 14 de diciembre de 2012

Best Sellers

Ahora que se nos va el año, es el momento oportuno de mencionar las mejores publicaciones del 2012 alrededor del mundo. Muchas de ellas han convertido a sus creadores en autores de culto, que han sabido ganarse la aceptación de un público cada vez más exigente a la hora de saciar su intelecto con obras de gran valor artístico. Asimismo, algunos de ellos han salido del anonimato o han resurgido luego de varios años de silencio creativo. Uno de los mejores autores de habla inglesa, por ejemplo, Klausz Boyer, consiguió labrar su futuro literario con un auspicioso debut en 1987 con su alegoría juvenil La hipotenusa del mamut, la historia de unos muchachos que deciden asesinar a sus profesores y compañeros de internado en una comunidad protestante a las afueras de Minesota. Luego de escribirla, Boyer se recluyó por largos años en una institución psiquiátrica, advirtiendo que el mencionado título sería más famoso que él. Y razones no le faltaron. El libro se vendió como pan caliente y es de lectura obligatoria en todos los colegios de Estados Unidos.

A continuación los 10 mejores libros del 2012:

Ficción

  • Colchones de Sodoma (Angustia Editores), de Mikael Mäkinen. El filólogo finlandés explora de manera absurda el coito interrumpido de una maestra de piano al mantener una relación enfermiza con un maniquí. El desenlace trágico nos recuerda a las grandes obras de Sófocles recargadas con pensamientos de Aleister Crowley.
  • Conversaciones inéditas entre Bush y Bin Laden (Ediciones Troqueladas), de Phillip Statham. Cercano al estilo de John Grisham, el agudo intelecto del hombre de prensa neoyorquino, ilustra una moraleja casi paródica de las estrechas negociaciones entre la familia Bush y los Bin Laden en la supremacía por obtener petróleo sin pagar impuestos.
  • La casa Matusita, una pequeña broma (Angina Publicaciones), de Max Chávez. El comediante de stand up comedy debuta como autor serio en esta rocambolesca indagación de la famosa casa limeña, entrevistando a testigos y víctimas de las más extrañas apariciones que se tiene memoria en el imaginario colectivo.
  • La letrina de Huamán Poma (Cáspitta Hnos.), de Hugo Nodriza Forte. El historiador y columnista de espectáculos huancaíno, nos aproxima a la historia jamás contada del cronista Huamán Poma, quien, según sus propias investigaciones, tenía una obsesiva fascinación por un invento revolucionario para la época, donde ya se vislumbraba el uso del agua a través de un complicado sistema de alcantarillado e inspirado en los acueductos de Tambomachay.
  • El huésped (Ediciones Sinfiltro), de Alex de la Cueva. Novela debut de uno de los nuevos narradores de misterio que han surgido luego de culminar sus estudios de gastronomía en un prestigioso cenecape. La historia ocurre en 1992, días antes de la captura de Abimael Guzmán, cuando el personaje del título se hospeda en la casa donde el líder terrorista utilizaba de escondite. La ingenuidad como toma las cosas, al creer que Guzmán es un abuelo bonachón, peca de ridículo y provoca en el lector el rechazo de sus acciones, que no le hace entrar en sospechas de lo que sucede realmente en aquella casa.

No ficción

  • Nuevas indagaciones médicas (Escorbuto Editores). El libro hace un recorrido objetivo de diversas dolencias fisiológicas del hombre del siglo XXI: El ginecólogo Dr. Ezequiel Concha, desarrolla con exhaustiva precisión científica nuevos métodos de observación in situ sobre los problemas genitales femeninos. Asimismo, el urólogo Dr. Eusebio Vergara, propone que la disfunción eréctil no es producto de una excesiva masturbación, sino que es provocado por un trauma psicológico de la niñez; o, como lo demuestra en sus estudios de campo, el individuo reconoce llevar cuernos mucho antes de contraer matrimonio. Por su parte, la doctora en farmacología, Anastasia Coca, resume en poco más de veinte páginas las ventajas de automedicarse y asumir con responsabilidad su adicción a los energizantes, especialmente los de sabor a piña y tamarindo, ya que sus propiedades diuréticas dejan al borde de un ataque de nervios a quienes los consumen en plena exposición de trabajo.
  • Teoría del ángulo obtuso (Ediciones Sintrabhas). El profesor de origen alemán, Hermultd Zuckermann, propone un nuevo planteamiento en obtener la medida correcta del ángulo obtuso en la geometría. Sus recomendaciones sobre el cálculo exacto del mismo ha generado controversia, ya que su planteamiento inicial es desterrar la nomenclatura de "más de 90° y menos de 180°". La medida que él señala debe ser 145°. ¿En qué se basa para señalar dicha afirmación? Lean el libro.
  • Quehaceres domésticos sin escobas (Smog Ltd.) Es una revista quincenal que ofrece a todas las amas de casa efectivos tips para decorar y mantener limpio el hogar. Los artículos están escritos brillantemente, con palabras sencillas e ilustraciones a todo color. Imprescindible para las mujeres de hoy.
  • ¿Cómo escribir una novela en 20 días? (Aguilar Publicaciones). El colombiano Nicanor Alzate Bessudo, catedrático y ganador del VIII Concurso de Novela Pasmosa, revela en este libro la manera más corta y efectiva de concebir una obra literaria, sin prescindir de las correcciones de estilo ni de las agotadoras sesiones de reescritura. Dice que un autor debe "escribir lo que siente en ese momento, sin interesarle los adornos ni las pausas meditativas". Un texto polémico y a la vez enriquecedor para los iniciados en las letras.
  • El ABC del sexo (Gono de la Rea Editores). Samantha Vitalis es una afamada gurú del sexo, que pone en el ojo de la tormenta todo aquello que no nos atrevemos a preguntar. Sin pudor, se echa abajo todos los tabúes existentes sobre el sexo anal y el sexo con animales. En el capítulo ¿Es malo pellizcar el escroto del hombre? nos revela que muchos hombres se sienten minimizados al sentir fuertes tirones o mordeduras en sus testículos, que para la autora es sinónimo de poca seguridad consigo mismo, así como lo revela en Apretadito es mejor, un estudio intimista de las fobias o manías de personas que se conocen en la estación del metro o en la cola de un cine. De lectura obligatoria.

martes, 11 de diciembre de 2012

Lima 13

Tres generaciones vinculadas por un sentimiento común: la soledad. Es la premisa que nos presenta Fabrizio Aguilar en esta su tercera incursión tras las cámaras: Lima 13. Quizá sea una de esas extrañas joyas que aparecen sin previo aviso y se convierte a futuro en una obra madura de referencia obligatoria en el cine peruano. No exagero. Lima 13 es una película atípica para el acostumbrado formato de chabacanería, simpleza y "realidad" extrema. Sutilmente, la historia nos muestra una sociedad alienada por el éxito, el confort, la desigualdad social y el hastío de pertenecer a un nivel de vida entre pobres y ricos. Las distintas naturalezas de la ciudad se grafican con cada personaje que deambula por sus calles. El  edificio donde transcurre la mayor parte de la acción se convierte en un microcosmos donde habitan seres de igual condición, pero apartados en su propio mundo interior. El nexo entre ellos es aquel guachimán de mediana edad, gordinflón, de rasgos provincianos, parco, silencioso, que nos trasmite con una mirada o un gesto sus más profundas preocupaciones. Recientemente separado de su mujer, tiene que lidiar con el día a día y la incertidumbre de encontrar un trabajo luego de saber que ha sido desplazado por la tecnología: el nuevo administrador del edificio ha solicitado la instalación de cámaras de seguridad y ha de prescindir de sus servicios. Al tipo no le queda más remedio que aceptar su realidad y afrontar estoicamente su destino.

Nuevos inquilinos dan nuevos aires al edificio. Una famosa escritora y su hija adolescente, la misma que está cansada del repentino éxito editorial de su pedante progenitora, soportando al mismo tiempo la ausencia del padre, a quien llama con insistencia pero que nunca encuentra en la línea, sólo un par de veces, una para concertar el esperado encuentro y la otra para cortar definitivamente con él. La muchacha se convierte en una especie de heroína gótica, absurda por momentos, con mucha ira contenida sin encontrar otro refugio que la compañía del guachimán, quien sabe cuál es su posición y evita todo contacto con ella. La figura paterna que tanto anhela o es acaso la necesidad de encontrar un alma gemela sin rumbo y sin comprensión de los demás. Se suma a este dúo patético, la anciana portadora de una sabiduría ganada con el tiempo, uno de los personajes más dulces y tiernos de esta fábula; pero que también vive su soledad, añorando el pasado al lado de su difunto marido y cuyas cenizas conserva en una urna como recordatorio de su amor. Los tres componen un triángulo emotivo y cómplice casi al final de la cinta, con un final que cambiará su percepción de la vida, la amistad y la fidelidad.


Ubaldo Huamán, hace una excelente interpretación que nos revela un histrionismo innato y conmovedor.

En medio de todo ello, el tema de los mayas y las predicciones del fin del mundo suena más a pretexto que a hechos concretos. A través de las informaciones que emiten los noticiarios, nos enteramos que alrededor del mundo están pasando cosas que nos advierten que algo malo va a suceder. Estamos en vísperas de la navidad y el año nuevo 2013, se espera una catástrofe o un indicio que nos lleve a un final apocalíptico. Nada de eso ocurre, más bien es la esperanza de seguir con vida en medio de la continuidad en que habitan los personajes. Para bien o para mal. La muchacha se encariña con el guachimán, es lo único que la ata a esta sociedad fabricada en concreto, con vecinos distantes, sin contacto alguno. La guapa bailarina, rodeada siempre de galanes que la traen o recogen, objeto del deseo del panadero ambulante, quien se consuela viéndola a través de su ventana, bailando en el tubo instalado en su living. El propio administrador, al lado de su familia, haciendo callar a sus bochincheros hijos mientras trata de intercambiar palabras con el ya enardecido guachimán. La propia madre de la muchacha, interpretada por Norma Martínez, el non plus ultra de la mujer independiente y triunfadora. Entre otros personajes más que bien desarrollados como comparsa en la línea argumental.


Trica de ases. Élide Brero, Kani Hart y Ubaldo Huamán, protagonistas de Lima 13

Una de las escenas que más me ha gustado de la película es aquella donde se ve un caracol pegado en la ventana de la caseta de vigilancia. Tal vez un simbolismo de lo que sucede realmente en esa atmósfera calurosa, de vivos colores, pero de grises sentimientos. Su lentitud al avanzar sobre el vidrio y la caparazón que protege su delicado cuerpo, nos trasmite la sensación de aislamiento y soledad, refugiados en su propia concha que de por sí, es el planteamiento de toda la película. Poco diálogo, imágenes que hablan por sí solas, la atmósfera de Lima 13 es un elogio a la condición humana, sus limitaciones, sus requerimientos para consigo mismo y con el prójimo. Cabe destacar la actuación de Ubaldo Huamán, más conocido como el Cholo Cirilo de sus épocas de cómico ambulante, que compone un retrato de la Lima actual, impregnado de sentimientos encontrados, de frustración y ansias de encontrar el rumbo que necesita para enmendar su vida de tanto sufrimiento. Élide Brero, la anciana que divaga en sus ensueños es, creo, el personaje más vulnerable y el más humano de todos. Y Kani Hart, la incomprendida muchacha que encuentra en la amistad de ambos un sentido a su existencia.


Fabrizio Aguilar, director de Lima 13

Un tema aparte que debo mencionar es el poco interés que ha despertado la película por parte del público. Ha hecho que en estas pocas semanas de exhibición hayan sido reducidas las salas de proyección, augurando su retiro definitivo de la cartelera. Creo que Fabrizio Aguilar es hoy uno de los pocos cineastas sensatos y sinceros en cuanto a propuesta cinematográfica se refiere. Desde Paloma de papel (2003), ha sabido contar historias sin caer en el efectismo típico de las películas peruanas y que muchos reniegan por su crudo lenguaje y excesos propios de nuestra idiosincracia. Esta vez ha acertado con una historia actual, extraña por momentos, que interioriza y expresa al mismo tiempo esa continencia espiritual que la acerca más al cine europeo que al nuestro. Espero no pecar al comparar su obra con las de Ingmar Bergman o Michelangelo Antonioni. La ventaja de proceder de las canteras de la actuación, sabe lo que quiere a la hora de dirigir a sus actores, dándoles la libertad necesaria que aprovechan en cada toma.

Acostumbrados al consumo permanente de remakes, comedias estúpidas y violencia extrema, procedente del imperio hollywoodense, Lima 13 es una isla que intenta sobrevivir con hidalguía. Se supone que el TLC da esa flexibilidad, que el mercado sea equitativo tanto para las grandes corporaciones como para nuestra pequeña y floreciente empresa cinematográfica. Bravo por la producción y realización de una industria cada vez más difícil y postergada a "propinas" que otorga un comité que "promociona" el quehacer fílmico. Debería empezar a tomarse en serio y crear una industria cinematográfica sólida, que permita a otros realizadores llevar a la pantalla sus obras. Me incluyo. Es cuestión de confianza, de fe, de amor por un arte que nos ha acompañado desde que vemos la luz de nuestros primeros años y que nos transporta a un caleidoscopio de emociones cuando las cosas están bien hechas y pueden disfrutarse de principio a fin. No es tarde. Y Lima 13 es una prueba de ello.