domingo, 14 de febrero de 2016

Diario de un candidato

24 de noviembre
Hoy inicio mi campaña y estoy muy emocionado. Parece que las cosas prometen después de leer la última encuesta, que me coloca, a poco menos de tres semanas del inicio de mis actividades, en el tercer lugar. Sin mucha pompa, sin mucho palabreo. Ha valido la pena esperar. La última vez que fui candidato para algo fue en la universidad, cuando quise presentarme al tercio estudiantil. Lamentablemente, me revocaron porque debía dos créditos. Menudo rollo. Mal comienzo. Pero ahora todo está en orden. Quiero que las cosas marchen bien porque deseo comprometerme con estos pobres diablos, cansados de tanta demagogia y saqueo sistematizado. Yo también cogeré alguito, ni que fuera huevón; solo es cuestión de mover un poco por aquí, otro poco por allá. Lo que todo administrador hace. Ya es una ventaja.

22 de diciembre
Mi primer viaje al interior del país. Pueblitos que nunca en mi vida he escuchado. Todos tienen la misma cara, la misma ignorancia, los mismos deseos de buscar un redentor que les solucione sus problemas. Cojonudo. No soy Dios. La pobreza seguirá viviendo entre ellos. Es cuestión de hablarles bonito, convencerlos y metérmelos al bolsillo. Lo que quiero son sus votos. Ni siquiera me gusta estar rodeado de gente desconfiada. Te miran con ese resentimiento que despierta uno que viene de la capital: blanquito, con dinero, que nunca en su vida se ensució los zapatos, y que ahora quiere dar clases de  humildad comiendo esa horrible comida, quién sabe con qué desperdicio o animal encontrado en su granja, que ni siquiera son granjas, son pastizales medio derruidos por la falta de inversión y explotación. Debajo debe haber un yacimiento de oro o qué sé yo, porque es tierra muerta para el cultivo. Hay que investigar. Primero les ofrezco agua e inversión, y ya está. Lo demás es puro chamullo con los ambientalista y, sin que se den cuenta, metemos una minera, con la promesa de bienestar, desarrollo y prosperidad para sus familias. Con tal que no me salga un Conga, podré estar tranquilo.

19 de enero
Hace un calor de mierda aquí en Lima, más con las últimas encuestas que me bajan a un quinto puesto. ¿Qué pasó? No debí haber hablado de mis títulos universitarios. Apenas soy bachiller en economía y un certificado en administración que le compré a un amigo. Nada del otro mundo. Otros hasta han publicado libros inexistentes y pasan piola. Otros, sin sangre en la cara, se comparan con Gandhi y la madre Teresa, no la de Calcuta, sino la de Al fondo hay sitio.

4.35 pm
Estamos listos para el mitin del 24. Preparo mi discurso, al lado de mi asistente, una guapa comunicadora que no hace más que moverme el culo. Querrá que le dé curso o busca un puesto cuando salga elegido. Nada. Me la tiro primero y después le prometo el oro y el moro, como a mis electores. Eso me recuerda que debo tranzar algunas cositas con los industriales y empresarios. Tienen la marmaja, así que mucho cuidado con ellos. El dinero lícito puede ser un gran aliado.

7.48 pm
Ceno con la culona en su cuarto de hotel. Habla bien, pero no tiene ni idea en lo que se ha metido. La política no solo es proponer ideas, es atacar sin ser visto pero marcando la diferencia con los otros candidatos. Eso lo aprendí muy bien de mi padre, cuando quiso ser alcalde. El muy confiado creyó que el tocar puertas y regalar calendarios con su cara, era la única forma de llegar a los corazones de esta gente desagradecida. En cambio, los otros produjeron un cisma entre mi padre y sus seguidores, que terminaron dándole la espalda. No, señor, primero seguir las enseñanzas de Sun Tzu y después complacer a esta hembra, que desde hace rato está pidiendo tiempo suplementario.

10.23 pm
Campeoné. Seis al hilo.

24 de enero
9.18 pm
El mitin resultó una bomba. Simpatizantes de la otra candidata me bloquearon el paso y amedrentaron a mis simpatizantes, que se agolpaban en el parque. Un viejo truco aprendido de su padre y su delfín, oculto tras las sombras. Pero no me quedo atrás y contraataco. Un buen movimiento de mi alfil. Este muchacho es valioso. Sabe controlar la situación frente a cualquier signo de demolición.

26 de enero
Hago público mi plan de gobierno, para despejar dudas de que no cuento con un equipo técnico que me respalde. Les callé la boca. Consideran este un trabajo serio y con buenas perspectivas. Puedo respirar tranquilo otra vez.

28 de enero
Hoy descansamos. Preparo mi agenda para febrero. Ya hice contacto con los empresarios. Están dispuestos a facilitarme las cosas si no me meto con ellos. Un placer hacer negocios con gente curtida. He aprendido una gran lección.

3.51 pm
Paso la tarde con mi asistente. Me ha pedido la oficina de prensa de Palacio. Ya me cree ganador. Las encuestas me ponen como favorito, a un paso de la candidata del pueblo. Hay que tener una gran concha para autodenominarse la candidata del pueblo. Nunca en su puta vida se ha preocupado por nadie, solo por sí misma llenándose los bolsillos con las migajas que dejó su padre. Y se hace la muy decente. Sí que la gente es desmemoriada.

2 de febrero
La prensa ha descubierto una pequeña arruga que tuve hace años. Me endeudé con Saga y nunca pagué. La cosas prescribió después de muchos años y me imagino que ya empezó la campaña sucia, ahora que me colocan en primer lugar, con 29 por ciento y a la candidata del pueblo con 18. Sí que las cosas están saliendo según mis planes. Gracias también a la dimisión de tres candidatos menores, que se han unido para apoyarme. Ya les tocará algo; pero prefiero hacerme el cojudo y que las cosas sigan corriendo como el agua cayendo del water.

8 de febrero
Cómo jode la prensa. Ya me están metiendo con un narcotraficante, el que dicen ser el financista de mi campaña. Solo lo vi una vez, y ni siquiera sabía a qué se dedicaba realmente. Nada más me mencionó que tenía una empresa de limpieza y que si necesitaba de sus servicios, no dudara en contactarlo. Felizmente no lo hice. Pero esta gentuza ya inventa cosas que no son.

13 de febrero
Muchas cosas han pasado desde que inicié esta empresa. No voy a ciegas, eso es una verdad de la que debo estar orgulloso. Tengo gente valiosa y les agradezco infinitamente su entrega, a cambio de casi nada. Cuando se trabaja creyendo firmemente en un propósito, todo tiene su recompensa. Tengo a mis aliados, los del dinero, que están cumpliendo su parte, y me parece gente consecuente después de todo. Veo que no juegan chueco cuando tienen las cartas sobre la mesa y confían en la seguridad que les brindo. La gente que cree en mí, que me saluda, que me invita una cerveza helada o me regala un poncho, hace pensar seriamente que no es tan malo darles una luz de esperanza a sus vidas. Dejemos de pensar en el beneficio propio y, aunque sea un 20 por ciento de las promesas que escuchan, complazcamos sus anhelos. Hay que cambiarle el rostro a la política. Puedo hacerlo. Me he ganado su confianza. Es un baño de popularidad, después del sudor, que me reconforta.

Debo cuidarme de mis enemigos, que están al acecho ante cualquier pendejada que creen encontrar para hundirme. No lo conseguirán. No les dejo terreno. Sigo avanzando.

Y aún hay más. Este es el principio.