viernes, 14 de diciembre de 2018

Insensatez y resentimiento

Las ratas no quieren abandonar el barco.
A pocos días de concluir el año, siempre es bueno dar un repaso a las cosas que hemos vivido, directa o indirectamente, en la actual coyuntura social y política del país. Desde prisiones preventivas, psicosociales que alertaban de un golpe de Estado y el escandalete del chuponeo, el mafioso más grande de la historia fraguaba su huida bajo la etiqueta de asilo, por considerarse un "perseguido político". ¿Persecución política o estrategia para escapar nuevamente del escarnio judicial del que tanto se jactaba de respetar y "someterse" a sus fueros? No hay nada peor que un político cobarde e hipócrita, que no es consecuente con sus actos y que, gracias a algunas ratas que no desean abandonar aún el barco, fue advertido. Sin duda, es la historia de nunca acabar y sospecho que quedará igual como siempre ha venido ocurriendo, salvo que ocurra lo impensable y la fiscalía por fin encuentre el asidero legal con el que pueda atrapar a esta especie de Al Capone local, que en lugar de balas dispara insultos y desafíos a que le demuestren lo contrario. Una historia cuyo final incierto podríamos dejar para alguna serie de Netflix.

Con las botas bien puestas.
Luego de que Martín Vizcarra asumiera la presidencia tras la renuncia de PPK, parecía que las cosas iban a ir viento en popa con este Congreso gobernado por la mayoría keikista, demostrando así tener el control absoluto en las decisiones del Estado, pero ocurrió que este provinciano de bajo perfil tenía lo suyo y arremetió contra estos presentando proyectos de reforma constitucional que dejó a todos con la boca abierta. Sin mencionar los audios del escándalo, que permitió destapar una organizada red de corrupción enquistada en el Consejo Nacional de la Magistratura, poniendo en tela de juicio la labor profesional de los ahora tristemente célebres Walter Ríos y César Hinostroza, y por la cual también se cuestiona la idoneidad de Pedro Chávarry como fiscal de la Nación, artífice del blindaje que tuvieron hasta entonces personajes como KF, AG, entre otras iniciales. Un tema que ha saltado a la palestra gracias a las investigaciones propaladas por IDL Reporteros, a la labor del fiscal José Domingo Pérez y del juez Richard Concepción Carhuancho, que han empezado a escarbar solo la superficie, demostrando que esta endemia estuvo, está y seguirá aferrada tal cual garrapata en las altas esferas del poder si no se toman las medidas correctivas y empecemos a tener otra visión de país y de Estado.

Insano amor.
Pero no solo este tema ha sido recurrente durante el año que se acaba, es el feminicidio otro cáncer que avanza silenciosamente y que al parecer nadie puede frenar. Así haya campañas, marchas o colectivos que nos hagan reflexionar sobre el tema, es preocupante  e indignante que día tras día nos enteremos de más casos como los del "crimen del cilindro" y que la prensa amarilla haga de esto un circo con rimbombantes titulares, sin analizar la raíz del problema, lo cual nos deja varias interrogantes: ¿Es el hombre un ser estúpido? ¿Hasta dónde puede llegar su incapacidad de respetar la vida ajena? Una señal que a todas luces nos indica que con el golpe y el escarmiento los hace sentir superiores. ¿Por qué? ¿Porque te dijo que ya no te quiere y eres de esos que dice "si yo no te tengo nadie te tendrá"? ¿Así funciona? Lo más triste es que las mismas autoridades no prestan la debida importancia al llamado de alerta que estas mujeres vienen soportando de cónyuges, admiradores y "amigos" desequilibrados que reclaman posesión de sus cuerpos y almas. Esperan que las maten para recién darse cuenta de la gravedad del caso.

Se ha hablado mucho al respecto. Nadie parece estar de acuerdo de que se trata de un mal que azota a todas las naciones y sociedades, sean pobres o ricas, de diversas etnias y religiones. Al parecer, creen que se trata de cuestiones culturales y se debe aceptar sin involucrarnos, mirar hacia el otro lado y dejar que la mujer soporte el yugo de la mano omnipresente del macho alfa, diezmar su autoestima y que, por resignación o comodidad, debe acatar en silencio.

Epílogo.
Son tiempos oscuros, definitivamente. Quo Vadis, Perú. Ni los superhéroes de Marvel aligeran la tensión que estamos viviendo. Como en un anterior artículo, es necesario un Thanos que haga clic con su guantelete y haga desaparecer a la mitad del universo. Una ironía que se estrellaría en nuestra cara, porque tenemos tan mala suerte que la mitad que debería irse es la que permanece en este mundo. Una realidad que nos dice que el mal nunca acaba y seguirá viviendo entre nosotros.