miércoles, 18 de julio de 2012

Letanía

Cunde el pánico en la ciudad sin vida;
Antes del amanecer se encienden los faroles,
Rezamos por nuestras almas.
La paz se ensombrece por detalles sin importancia.
Oscuros los días y los sentimientos
Siempre serán  la nada que claman verdad.


Mientras despertamos del sueño profético,
Avanzamos en una encrucijada
Rebelde por derecho propio,
También con dolor y pesar
Incendiamos lo poco que nos pertenece.
Nada mejor que el silencio mortuorio de ninguno.


Alambres de púas corroen el espíritu,
Largas son las noches de insomnio,
Asaltando los sentidos que
Redefine el temple.
Corazón marchito y sin vida
Ocultan sus verdaderas intenciones.
Nada es para siempre... y tú conmigo.


Volar es la única satisfacción
Antes de desaparecer de esta vida.
Llorar no conmueve ni un poco.
Vencerás el odio y la hipocresía
Enterrando tus broncas y angustias.
Rellenas indiferencia en las almas de los condenados.
Debes tomar el camino más fácil,
Entrégate al silencio y al sueño eterno.

domingo, 15 de julio de 2012

Confesiones de un suicida rocanrrolero

Despertar al día siguiente luego de una bomba, es un alivio que debe considerarse afortunado. La cabeza estalla y los dedos maltrechos al rasgar las cuerdas de la guitarra presentan callos que no me había percatado tener. Los años no pasan en vano y aquí te das cuenta quién es realmente tu amigo. Los amigos se manifiestan solo cuando repercutes en los medios y tu peor canción se sigue escuchando por las radios. Me molesta un poco que mis mejores temas no hayan sido del agrado de la mayoría, mientras que los más comerciales indican que el camino no es tan sinuoso como lo esperaba. Las regalías son bienvenidas, pero el arte está por los suelos, como el vómito que dejé al lado de la cama. Mi garganta maltrecha, por las constantes idas y subidas del cigarro y el alcohol, han dejado una marca imborrable en el colectivo; es más rasposa y casi ni se entiende lo que canto. La música es lo que cuenta, las estridencias, las noches sin dormir y el cansancio de las giras, es el pan cada día. No hay fin de semana que aparezca en alguna movida nocturna y hay quienes piden a gritos que vuelva a tocar en público. Claro, cuando hay nostalgia, quieren que vuelva; pero no creen en uno, solo les interesa llenar el local con gente que busca recordar lo que dejó atrás. 

Lo selecto sale caro. Cuando empecé a conquistar al mundo con mis aberraciones melódicas era porque lo consideraba una vía alterna al ímpetu rebelde que exacerbaba mis entrañas. Los años ochenta fueron para mí la quintaesencia del progreso en este campo. Los noventa fueron el debacle, las repeticiones y el conflicto de intereses primaron más que todo en aquellos que sólo se contentaban con letras pegajosas y estribillos sin nada de sustancia. "Alegra nuestros corazones", dijo uno de esos seres con coeficiente de niño prodigio de la estupidez. Los estilos cambian y la moda hace que sean recibidos como los gurús del entretenimiento. Sí, pues, alguien como yo empieza a sentir los estragos del insulto y el desplazamiento de nuevas voces que nada tienen de talentosas. Mesa que más aplauda, quieren gasolina, el funkete... ¡Mierda! Es para llorar.

He puesto los cojones en el escenario muchas veces, sin recibir nada a cambio. Los verdaderos empresarios escasean. Las fanáticas creen que soy el papá de Pepe Miranda y se ríen de mí como si hubieran visto a un fantasma violar al gato Félix en pijama. Las chicas ya no son como las de antes. Ellas sí que sabían divertirse con uno. Ahora se creen más sofisticadas sólo porque asisten a esas discotecas exclusivas que discriminan a gente como yo, sin importar lo que antes fui. ¿Y a quién le importa? Prefiero morir en el olvido que ser rescatado por alguna autoridad oportunista, que cree que dándome un diploma o una distinción, vaya a devolverme la vida. Como al Indio Mayta. El pobre estaba casi moribundo y le entregaron las "palmas magisteriales". Debieron pagarle el tratamiento médico. Eso hubiera sido digno de mención. Al poco tiempo murió sin haber gozado de una vida equiparable a su condición de artista. Y eso es lo que no quiero que estos hijos de puta hagan conmigo. Si he de morir, he de hacerlo en el escenario, como viejo roquero sin vergüenza de soltar un gallo frente a los entusiastas de siempre.

Lo demás no tiene importancia. La vida que he vivido no ha sido tan mala después de todo. He podido ser quien soy con la voluntad que me permitía levantarme a la mañana siguiente y velar por mis convicciones, con mis sueños y destemplanzas que nunca faltan para hundirte en depresiones sin sentido. Afortunadamente, supe cavar bien hondo para no ser aplastado por lo convencional. Ahora que lo tuve todo, dejo en claro que ya es demasiado tarde para pedir clemencia y que otros vean en mí lo que ellos quisieran ser. No soy quien para decirle a la gente qué debe de hacer en circunstancias similares. Sólo soy un individuo de carne y hueso, con defectos y virtudes, con deudas y un maravilloso don musical que lego a las futuras generaciones. No son simples palabras, son sentimientos que dejo a la perpetuidad del mundo. Cierro los ojos y el fuego que vierto de la botella a mi garganta reconforta a mares mi espíritu. A Dios gracias que sé que no es tan doloroso como se piensa.

Últimas palabras... Fuera.

martes, 10 de julio de 2012

Puerta trasera: Un estudio excéntrico del coito anal

Atracción anal
Es sabido que el atractivo de una mujer se mide por sus cualidades físicas, muy aparte de las intelectuales. No hay nada mejor que una mujer inteligente y de sorprendente belleza interna y externa. Y si nos ceñimos solo al apetito carnal, es más que suficiente para entender qué quiere un hombre. Como dice el dicho, todo entra por los ojos, y hay que decir que el trasero es lo primero que observamos en una mujer. Los hay de todos los tamaños y formas, duros o blandos, lisos o porosos; sin lugar a dudas, un deleite para el tacto y la vista. Sin embargo, ¿qué lo hace necesariamente atractivo en una relación sexual? ¿A qué se debe que debamos introducirnos en él y someterlo a nuestras más bajas pasiones? La sodomía, vale saber, es una práctica que viene desde hace muchos siglos y según los estudios psiquiátricos no tiene nada que ver con la homosexualidad; es más, antiguamente se permitían estas libertades por el simple hecho de evitar traer al mundo una nueva descendencia, especialmente entre familiares cercanos o encubrir el adulterio. Y es ahí donde el placer anal se convierte en una alternativa en el goce de alcoba.

Las paredes internas del recto poseen tejidos nerviosos que producen cierto estímulo cuando se las manipula. Tanto el hombre como la mujer sienten los mismos impulsos que derivan en su práctica. En el caso de las mujeres, las que se atreven a ponerlo en práctica, lejos del tabú y los prejuicios existentes, es también un disfrute placentero y un complemento imprescindible que hará de sus días o noches una experiencia inolvidable. Hay que mencionar de igual modo de que el hombre necesita sentir fricción en el pene para disfrutar del coito. La vagina, según el caso, ya no produce el mismo placer; sus paredes se dilatan, especialmente en mujeres que han dado a luz más de una vez. El ano, por lo estrecho de su contextura, permite que el pene tenga la suficiente sensibilidad que le ayude en su propósito.

Es natural que exista cierto reparo en aplicar este "método". La mayoría de personas lo encuentran desagradable, pecaminoso y sucio. Algunas mujeres se resisten por el dolor que genera introducir un falo por esa vía o, como es lógico, que se trate de una zona donde se deposita materia fecal cuyos gérmenes podrían ingresar por las vías urinarias del hombre. Y si le agregamos las ETS, es todo un dolor de cabeza para cualquiera.

Virginidad
No hay nada mejor que una mujer precavida. Y astuta, naturalmente. Cuando se es adolescente, una de las mejores formas de salir airosos de la furia de sus progenitores y del "novio oficial" es hallar alternativas que suplan ciertas actividades que riñan contra el status quo. A muchas les hace difícil practicar el sexo oral, por el sabor o por las arcadas que deben evitar cada vez que el fulano la quiera atragantar hasta la garganta con su virilidad. Tampoco quieren perder el único tesoro que poseen y dárselo al primer idiota que le llena de pajaritos la cabeza. "Quiero llegar virgen al matrimonio" o "Quiero entregarme a mi verdadero amor" son frases recurrentes que terminan con un demoledor "Házmelo por atrás". Como el tipo no la ve hace bastante tiempo, acepta la proposición. Y es que particularmente, el hombre ve el trasero de una mujer como un triunfo personal, cuando en realidad solo se fijan en el volumen y no en lo que representa. Es el ano el que hace todo el trabajo y el que recibe dicho maltrato. Es ese agujerito marrón que empieza como un asterisco y termina como un hoyo de golf luego de varios partidos. Su práctica se ha extendido en todos los estratos sociales y su consumo ha llegado a satisfacer la demanda del porno bajo esa modalidad. Estrellas como Velicity Von, Katja Kassin o Liza del Sierra, son las más afamadas representantes de un arte que a estas alturas le reportan sendos contratos y ganancias nada desdeñables. Pero esa es otra historia.

Recomendaciones
  • Para empezar a disfrutar del sexo anal, lo básico que se tiene que tener en cuenta es el estímulo previo. Acariciar el ano alrededor, con la lengua o los dedos e introducirlos poco a poco hasta que ella le sienta el gusto y gane la suficiente confianza de su pareja. No va a ser nada fácil, pero a medida que ella vaya experimentando placer, al igual que en el clítoris, verá que hay cosas en esta vida que no debe pasarlas por alto. A no ser que sea una de esas que ya lo tenía claro durante la virginidad de los 16 y no quiera perder el tiempo en excentricidades.
  • Introducir el pene con delicadeza. La brusquedad mata las ganas. Es importante emplear en estos casos todo tipo de lubricantes que ayuden a la penetración. El pene tiene que acariciar las paredes del ano, producir placer. El dolor bajará de intensidad a medida que la dilatación sea la adecuada.
  • Los accesorios son fundamentales. En el mercado del sexo hay una variedad de utensilios que ayudan a realizar la tarea con menos probabilidades de cometer imprudencias y rechazo. Hay consoladores anales, esferas plásticas de todos los tamaños y prótesis para la estimulación anal. Los juegos siempre son bienvenidos para romper el hielo y el tacto con la yema de los dedos es una herramienta que no puede estar ausente en toda la sesión.
  • La higiene es el punto más importante que se debe tener en cuenta antes, durante y después del coito. Un ano limpio garantiza una mejor disponibilidad entre ambas partes. Los olores corporales son característicos y es necesario un pronto lavado profiláctico para evitar malos comentarios durante la cena. De ser posible, una lavativa periódicamente sería lo ideal.
  • La confianza en la pareja es la clave para una buena vida sexual. Si eres monógamo -algo raro en estos tiempos- los pasos anteriores te serán de mucha ayuda. De lo contrario, si la promiscuidad es tu carta de presentación en cada reunión a la que asistes, es mejor utilizar más de un preservativo si quieres llamar a la puerta trasera y que te garantice no sufrir las consecuencias más adelante.
  • Todo se hace con amor y respeto. Si una mujer no quiere es porque no quiere, muy aparte de sus convicciones morales y religiosas. Convencerla es una tarea titánica si tienes la suficiente arrogancia como para darte el gusto de provocarle un orgasmo anal -porque los hay-. Invítala a que vea porno contigo. Enséñale que eso no tiene nada de inmoral, es parte de la vida y una alternativa cuando le venga la regla.