lunes, 11 de junio de 2012

Sexo oral

Ella estaba un poco aturdida por la propuesta que su novio le había planteado, a solas, en su espacioso dormitorio. Era la primera vez que la escuchaba mencionar y la sola idea le parecía asquerosa, pues, nunca tuvo una experiencia de ese tipo. Quizá fue un poco brusco en sus deseos, que ella procuró evadir el tema y largarse enseguida de ahí. Pero no fue necesario. El hombre se disculpó y le explicó cómo funcionaba la cosa. La muchacha no era nada anticuada ni una pueblerina que desconocía de las artes amatorias, solo que jamás tuvo la oportunidad de "disfrutar" de dichos placeres horizontales. Habiendo saciado su curiosidad en teoría, no tuvo más remedio que acatar las órdenes de su insigne compañero. A él también le costó trabajo satisfacer las necesidades de una curtida mujer, que al principio no soportaba el olor de la fémina. Esa sensación pegajosa en su boca, le había quitado las ganas de conocer más a fondo de qué se trataba. Sin embargo, el conocer a un variopinto ramillete de insaciables ninfómanas, lo convirtieron en un maestro de la lengua, que ahora, felizmente comprometido, podía compartir gratamente. 

El sexo oral se caracteriza por poseer todos los elementos necesarios para encender a ambas partes. Es un previo a lo que se viene después y ayuda a potenciar la libido de la pareja. Como en nuestro caso anterior, no tener conocimiento de sus propiedades erógenas, es muy difícil que la pareja se desinhiba a plenitud. Aunque puede que sea relativo o imprescindible, según la persona. Muchos no necesitan empezar de esa manera, quizá con el solo hecho de besarse y tocarse, es más que suficiente empezar con la faena. Todo depende de cómo veamos la sexualidad sin sentir vergüenza o prejuicio. Y eso viene desde nuestra formación y las taras que se cultivan a lo largo de la vida.

Algunas veces, eso nace con uno. Las personas, más o menos, tienen esa predisposición. El instinto nos lleva a sortear el formalismo de la penetración con una variedad de sensaciones acordes con el calor del momento. La consigna es disfrutarlo plenamente. Y el sexo oral ofrece esa sensación. Recorrer los labios y el clítoris en la vagina produce en la mujer un apetito placentero, que muchas veces llegan al orgasmo sin necesidad de otros estímulos. El hombre, por lo general, necesita de la fricción para mantener el pene erguido y con frecuencia recurren a este formato para alargar su vida durante el coito. Se siente diferente, eso está claro, que una mujer -u hombre, depende del caso- acaricie con su lengua el glande y trate de morderlo delicadamente, mientras su mano lo masturba. Ambos son complementos.

Desde la antigüedad el sexo ha procurado servir a la pareja en su exploración corpórea, en trascender los sentidos y purificar el alma con impulsos liberadores. El felatio y el cunilingus son las estrellas de ese quehacer, y no cabe duda que el principio de nuevos caminos aún por descubrir. La mayoría de las personas disfruta del sexo oral, sin parecerle desagradable, y si a esto le sumamos el empleo de accesorios, es mucho mejor. Hay condones y sprays de sabores o, si quieren ser "originales", un poco de mermelada, mousse o crema chantilly, basta y sobra para poner todo a su disposición en sus caricias bucales.

Eso sí, hay que ser muy higiénicos y no provocar malestar a la pareja. Una vagina limpia o un pene inmaculado, es sinónimo de buena praxis. Si estamos en esos "días", mejor abstenerse.

El sexo oral es una batalla ganada si se sabe hacer bien. Lo demás, corre por tu cuenta.           

1 comentario:

Sex Shop dijo...

Muy buenoooooo!!!!!!!