Pasé la valla de los doscientos artículos. No me había
percatado de la cantidad de material que he compartido desde que abrí este
blog, pensado como una mera distracción y ejercicio de escritura para algo más
sólido en el futuro. Sin embargo, a medida que uno adquiere destreza y mayor
conocimiento, puedo decir que este blog ha sido, es y será una alternativa ante
la imposibilidad de publicar un libro o escribir un artículo en medios masivos.
Y este es un medio masivo, debo aclarar; es una ventana a tantas dudas,
sentimientos, ideas y proyecciones de la vida cotidiana, que es innegable su
importancia en las redes sociales, pues, generalmente enlazo esta página con
otras como Facebook o Twitter. Asimismo, intercalo la palabra con la imagen, ya
que también tengo un canal en YouTube y en él me dedico a realizar cortos, programas
de tinte político y social y alguna que otra bagatela que me nace de una interacción
con los medios audiovisuales, y que quisiera perfeccionar. Ahora sí cuento con
las herramientas, solo es cuestión de tener el tiempo y la disposición.
Doscientos artículos no es poca cosa. He abarcado cine, literatura,
hechos ficticios con trasfondo histórico, teorías conspirativas, anécdotas propias
o basadas en otras personas que, con humor e imaginación, muchos se han preguntado
si soy yo el personaje-narrador o si la historia es real o no. Forma parte del
folclor y la idiosincrasia del citadino promedio; es mejor dejar al público con
esa idea y mantener siempre el misterio y el interés por seguir leyendo.
Alguien me dijo una vez si tenía intenciones de editar
estos artículos en un solo volumen y publicarlo como libro. Quizá algún día lo
haga, hay harto material y tendría que seleccionarlos por temas y crear "una
antología de aburridos dilemas existenciales", como suelo llamar a mi propio
material. Soy consciente que a muchos lo les interesa; y son pocos los que sí,
incluyendo comentarios alentadores y de congratulación. Pero debo admitir que,
pese a ello, cuento con casi treinta mil visitas distribuidas en cada uno de esos
doscientos monólogos. No sabría decir si han sido leídos en su integridad, tal
vez han ingresado a la página solo por curiosidad y han seguido de largo. Pero creo
que tengo un público cautivo y eso ya es meritorio para un blog que nació con
la idea de describir el día a día de un individuo anónimo, camuflado en un
personaje de tira cómica, y que hoy se ha convertido en una vitrina a las más
variadas manifestaciones del pensamiento humano.
Agradezco infinitamente a cada uno de mis lectores, no
solo dentro del país, sino de otras latitudes. ¡Qué me hubiera imaginado ver en
mis estadísticos gente de Ucrania, Inglaterra, Australia, entre otros,
interesarse por temas tan dispares como Ese Oscar es un maldito, El
padrino: 40 aniversario, Kubrick, el legado del centinela, Bar
Cannabis, ¿Qué es el orgasmo?, o Mamá, estoy calvo! A ellos
dedico estos doscientos números, y espero que siga en aumento y compartir con ellos más
historias de una ciudad que puede ser la de cualquiera.
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