martes, 10 de enero de 2012

¿Qué es el orgasmo?

Según la Real Academia de la Lengua es la "culminación del placer sexual" o la "exaltación de la vitalidad de un órgano". En otras palabras, es el clímax de toda ebullición carnal, una corrida de padre y señor mío, que alcanza el éxtasis con una serie de impulsos corporales repletos de gritos, arañazos en la espalda y otras sensaciones incandescentes en el interior de cada individuo. El orgasmo es el momento en que todo lo ves color de arco iris, pitufos dando saltos entre las flores, pajaritos revoloteando tu cabeza y todos los personajes de Walt Disney asintiendo con un Ok a tu destreza sexual. Hasta Blanca Nieves tuvo un orgasmo cuando el príncipe le dio un beso, pero para evitar la censura de la época lo cubrieron con el trozo de la manzana que se le atoró en la garganta. Simbólicamente, era otra cosa que se le había atragantado.

El orgasmo se puede interpretar de varias maneras. Por lo general, como nos venden las películas, vemos a una mujer sacudida por fuertes impulsos que terminan en un grito prolongado y los ojos desorbitados. Eso no pasa casi siempre, a no ser que quieras impresionar a tu pareja o solo finjas, como lo hizo muy bien Meg Ryan en Cuando Harry conoció a Sally, de Rob Reiner (1989), en una escena memorable y parodiada en muchas ocasiones. También hay orgasmos silenciosos. Te matas moviendo las castañas para ver a tu mujer tendida en la cama, mirando el techo y te preguntas si no ha sido tu mejor trabajo en meses. O hay otros un tanto sádicos, cuando sentimos un dedo por el ano, las uñas penetrar en la espalda o una mordida en la oreja, que difícilmente podrás olvidar. Asimismo, hay orgasmos sin penetración ni estimulación. Es aquel en que solo funcionan los sentidos de la vista y del oído, empleado regularmente en algunas terapias contra la anorgasmia, un problema de nuestros tiempos que hombres y mujeres sufren a causa del estrés y la vida fulgurante que han elegido. Asimismo, existe un caso especial y aislado: la multiorgásmica. Con ponerle un dedo en el codo ya están lubricadas y listas para dar sus primeros gritos de placer, y en una sola sesión ya llevan como seis orgasmos consecutivos. Se ha registrado el caso de una mujer que llegó dieciocho veces seguidas durante la masturbación. Todo un prodigio.


Según estudios, solamente un tercio de las mujeres sexualmente activas reportan haber llegado al orgasmo regularmente; y cerca del 10% no lo ha experimentado. En el caso del hombre, suele referirse este problema con la disfunción eréctil y problemas de eyaculación precoz. También los estudios indican que la mejor terapia para revertir este problema es la estimulación, la que proporciona predisposición al coito. Muchas veces creen los hombres que la mujer está dispuesta en todo momento, que deben sentir lo mismo que él en ese instante. La mayoría acepta porque es su pareja, sin llegar a disfrutarlo. No seamos egoístas, démosle a la mujer un tiempo para sentir caricias, besos y juegos previos que levantarán su autoestima y confianza para satisfacer también a su pareja.

Aunque suene duro con mi género, el hombre no sabe cómo satisfacer a una mujer. Hay contadas excepciones, de eso estoy seguro. Regularmente le echamos la culpa al estilo de vida que llevamos: el cansancio, la bebida, la ingestión de medicamentos que nos bajan el rendimiento sexual. Y si tu mujer es de aquellas que exigen todas las noches pasar por el cajero, tienes que afrontarlo como todo un hombre: ve a la farmacia a que te mediquen Viagra y demás genéricos del compuesto para alzar vuelo y planear sin problemas por el "túnel del amor". De lo contrario, empiezan a experimentar con su propio cuerpo o se involucran con alguna discípula aplicada de Safo, lo que lo hace más interesante y rico en contenido. Sin contar con los problemas de disfunción eréctil o del cansado "mete y saca", el placer entre dos mujeres es dosificado, saben dónde tocar, con qué jugar, generalmente con un dildo, el que mantiene la firmeza para manipularlo a su antojo en cada orificio que desea ser explorado. Y alcanzan no uno sino varios orgasmos mucho más suculentos que los que pudieran encontrar en un hombre.

El arma secreta del hombre, en estos casos, es la lengua. El famoso cunilingus puede ser toda una experiencia para ambas partes. Muchas mujeres alcanzan el orgasmo con tan solo practicarlo, pero hay que saber hacerlo. Mi abuelo, que en paz descanse, era todo un conocedor de esta técnica; era muy bien cotizado hasta llegada su vejez. "Viejito sopero" le decían las que lo conocían. Y se había ganado muy bien aquel apelativo. Modestia aparte, he seguido sus enseñanzas al pie de la letra. Sin embargo, no todos son capaces de apoderarse de esta técnica, tal vez relacionado con el tema de la higiene y de las cosas "contra natura" que una persona moral condena por el prejuicio, la vergüenza y el "qué dirán". Es tan natural como una mujer que practica el felatio, unas con más maña que otras, que difícilmente podrán desligarse de su cotidianidad y uso para fines terapéuticos. Un 69 es la clave para mantener viva la llama de la pasión y del deseo.

Hay que conocer nuestro cuerpo. Empezar por explorarlo y reconocer qué partes son las más sensibles y erógenas, es el principio de una mejor calidad sexual, que nos ayude a cruzar obstáculos y salir del tabú que la sociedad hipócrita nos quiere imponer. La sexualidad es tan normal como disfrutar de una cena o de una película. Si esta noche se sienten afortunados, vayan con su pareja al paraíso y déjense envolver por el deseo, la pasión y el amor.

2 comentarios:

Como Complacer a un hombre en la Cama dijo...

Hola Carlos, fabuloso articulo. Interesante el bajo porcentaje de mujeres que alcanzan un orgasmo. Saludos !

amor dijo...

Me ha encantado! Aunque es triste la cantidad de mujeres insatisfechas ya que poco hombres saben como hacer el amor a una mujer.