jueves, 2 de febrero de 2012

Perversiones, una cura contra el insomnio

Dicen que la libertad de elegir es también la libertad de sentir placer. Las relaciones humanas nos han llevado a tomar decisiones un poco apresuradas al momento de elegir compañeros de alcoba. Un rasgo que nos define es saber movernos fácilmente entre las esferas terrenales de la pasión, que nos obliga a tomarnos las cosas en serio cuando de sexo se trata. Pero aquí viene también lo que propuse en un anterior artículo: la insatisfacción. ¿Hasta qué punto es posible ser tolerantes con las manías de aquellos que tienen un gusto por lo grotesco o lo visceral? En psicología se denomina parafilia, "un patrón de comportamiento sexual cuya fuente predominante del placer no se encuentra en la cópula, sino en alguna otra cosa o actividad que lo acompaña" (véase parafilia). Lo que antiguamente se denominaba "perversión", es hoy un tema tratado por especialistas como un comportamiento extra al disfrute pleno de la sexualidad. Es común escuchar términos como fetichismo, voyeurismo o masoquismo, actividades un tanto menos peligrosas que la tan temible pedofilia, porque resulta de un estado ansioso y neurótico de sentirse parte de la sociedad, pero es reprimido por ésta por las tradiciones y convenciones que a uno lo señalan como proscrito.

Las teorías apuntan a que una persona excede de sus gustos por no encontrar ese disfrute pleno, y que quiere probar cosas a veces imposibles de realizar para alguien "normal", o porque no tiene las agallas suficientes para hacerlo. Hay personas que sienten placer con solo mirar zapatos, medias o ropa interior femenina, o les gusta tener relaciones con las ventanas abiertas o quiere que les den de latigazos en la espalda o en el trasero; o les gusta tener sexo con gente obesa, con flacos, con calvos; o les gusta acariciar las rodillas o lamer los pies u oler las axilas. Para algunos, es tan natural como tomarse un vaso de yogurt; para otros, un escándalo. Pero, ¿dónde empieza y termina el derecho que uno ejerce en su propio cuerpo el sentirse realizado plenamente como individuo sexual? Siempre y cuando no ofenda a los demás. Es lo que diría el común denominador. Lo cierto es que hay tratamientos que podrían aligerar en algo esta carga que a muchos les pesa en el alma, se sienten infelices y creen sentirse unos degenerados porque nadie comprende su conducta. Y eso parte por la clase de educación que recibe. Y este es un punto donde apunto e insisto en señalar porque es fundamental en el comportamiento futuro de un individuo. La infancia es el período más delicado por donde se debe empezar a explorar estos sentimientos, que al alcanzar la mayoría de edad serán más evidentes y problemáticos si no se trata a tiempo.

Sin embargo, los curiosos, aquellos que ya lo han probado todo y quieren experimentar cosas nuevas, creen poder someterse a dichas disciplinas como un deporte inocente y nada complicado. A veces es adictivo, o peligroso, si no se toman las medidas necesarias que eviten un accidente fortuito, como en el caso del actor David Carradine o del vocalista de INXS, Michael Hutchense, quienes practicaban la hipoxifilia, o asfixia erótica, la que consiste en obstruir las vías respiratorias mediante la semiestrangulación o cubriendo la cabeza con bolsas de plástico o algún otro objeto de látex. Ambos perdieron la vida por infringirse este tipo de autoerotismo, que en un principio puede resultar divertido, pero cuando quieres sobrepasar los límites permitidos, las consecuencias son evidentes.

Aquellos que tienen fijación por los animales, la zoofilia, viene desde los griegos. La leyenda del minotauro, por ejemplo: Pasífae, mujer de Minos, rey de Creta, tuvo un irresistible deseo por un hermoso toro blanco que el monarca debió sacrificar como ofrenda al dios Poseidón, pero éste al ver su desagravio juró vengarse con la unión de la mujer y el animal. Para nuestro estudio, este comportamiento puede funcionar en diferentes niveles porque atañe básicamente entre la relación de un animal y un humano, más allá de la etiqueta "amo-mascota". Existe la atracción hacia un ser diferente al hombre por varios motivos, tal vez soledad, inseguridad por interrelacionarse con los de su misma especie o porque el vínculo es tan estrecho que nace una comunión o necesidad de experimentar sentimientos antinaturales que los materializa en el coito. Los perros son una buena compañía para una mujer, que llegan a convertirse en auténticos amantes, sin despertar el más mínimo remordimiento. Hasta lo disfrutan más que con un hombre. Un caso típico es el de los pastores, que la tradición popular los ha caricaturizado como violadores de su propio rebaño, por estar siempre yendo de un campo a otro, sin tener otra compañía que la de sus ovejas o carneros. El bestialismo, como se denomina también a este tipo de práctica sexual, está hoy en día atacada por quienes defienden los derechos de los animales.

Hay quienes asumen roles o personalidades distintas a las habituales. El clásico juego del ladrón que entra a la casa a robar pero encuentra a una hermosa mujer y la termina follando en su propia cama; o el que se cree detective o bombero o técnico del cable. Algunos son temáticos: Star Wars, Dragon Ball o cualquier manga de los que existen. ¿Se imaginan a Darth Vader tirándose a la princesa Leia? ¿O un trío entre Gokú, Chichi y el maestro Rochi? En sí es divertido pensar que aún existe creatividad en el sexo. ¿Puede considerarse una perversión o parafilia? Sin lugar a dudas, es que el límite de lo permitido es vasto y no creo que tenga reglas claras para expresar en ese momento qué es lo que quieres hacer en la habitación.

El hombre y la mujer son libres de escoger qué es lo que necesita para una vida sexual satisfactoria. El exceso a los juegos puede no ser recomendable, los problemas entre pareja son notorios cuando no se tiene un sabio control de sus acciones, o, por el contrario, llega a ser una de las razones por las cuales un matrimonio puede sobrevivir muchos años con un increíble vigor que más de uno envidiaría. Y eso es cuando no se presentan trastornos ni taras que cambien la conducta del individuo. Los asesinatos sexuales son un ejemplo de ello: asesinos en serie que muchas veces tienen connotaciones sexuales, se ve casi siempre en noticiarios, películas o series de televisión. Como digo, la sexualidad es muy amplia, quizá uno de los temas con mayor profundidad de análisis que cualquier otro, porque de ello depende nuestra voluntad de acercarnos más a la satisfacción como persona, como pareja, como padre y como hijo.

No hay comentarios: